Escribo a pesar de que los rayos son frios

domingo, 7 de julio de 2013

Quiero

Buscar su mirada azul entre suspiro y suspiro,
rozar las marcas de su hermosa espalda en medio del éxtasis,
besar sus labios en una melodía interminable,
oír su risa por el roce de los labios sobre su piel,
adorar sus manos, aquellas manos que tanto placer me dieron,
descubrir funciones diferentes a los mordiscos en lugares inimaginables,
sentir su aliento sobre el cuello en un compás nocturno,
tener todo su cuerpo envuelto al mio cubriendo todos los poros de mi ser.
Todo eso quiero y lo quiero a él, a mi príncipe de ojos azules.

Que todos los héroes se apliquen el cuento

Hace unos días la vida dio tal vuelco que pensé que no saldría bien de la situación. Nunca imaginé lo cual importante que yo era para aquellos que realmente me quieren hasta que me han necesitado; jamás pensé que tendría que luchar por mantenerme de pie, aferrarme a una fuerza que aún sigo buscando de dónde salió, para poder apoyar a los míos y luchar por ellos y por mi. 
Me sentí sola, ¿por qué?, pues me faltaba con quien compartir la carga, yo soporté todo el peso del problema y no tuve con quien compartirla. Envidié a las personas que me necesitaron y  me tuvieron por solo el hecho de tenerme a mi ahí con ellos, pero ¿quién estaba conmigo? Nadie.
Solo fue esa fuerza la que estuvo para consolarme y animarme a seguir luchando, que nació de lo más hondo de  mi ser, haciendo que me diera cuenta de lo valiente que era en realidad. En la realidad, valga la rotundidad, soy de las personas que lo deja todo pasar sin apenas hacer más de lo necesario, dejar que otros se encarguen cada uno de sus cosas y vivir mi vida a mi manera y sin cargas de nadie.
Pero cuando las circunstancias me obligaron a cambiar esa actitud, no valía esconderse debajo de la cama y dejar que todo se derrumbe a mi alrededor, no podía dejar que eso ocurriera. Tenía una función, un lugar en mi familia del que no era consiente hasta ahora, era el nexo que la unía y la mantenía en paz y orden. Y como tal tenía que cumplir con mi tarea que me fue asignada desde que tengo uso de razón, demasiado joven en mi humilde opinión.
Ahora me llegan las dudas y las preguntas de y si hubiera estado más tiempo en casa, no habría pasado todo eso, y si le hubiera regañado más, no habría pasado todo eso, y si hubiera sido más dura de lo que fui, no habría pasado todo eso...
Todo eso pasó y no le veo sentido lamentarse por lo ocurrido, solo le veo sentido seguir estando ahí para ayudar a levantarse a los que las fuerzas ya se les fueron y estar ahí para apoyar a los que están solos y asustados. Aunque sea yo  la que necesite ayuda para levantarme, pero tengo la fuerza para hacerlo, aunque sea yo la que necesite apoyo, estoy sola y asustada, pero esta batalla aún no ha terminado conmigo, me queda la valentía suficiente, a pesar del miedo, y fuerzas para seguir en pie y adelante.
No es más valiente el que más fuerza posea, sino aquel que deja su mundo para estar con los que lo necesitan. 

martes, 4 de junio de 2013

Todo cuento tiene su final

La indiferencia, ese sentimiento que sin darte cuenta va instaurarse en la relación como un parásito sin cura. Un vez la prueba, ya no hay cura, parásito que todo toca muere.
Cuando se llega a esta fase y no se hace nada, prepárate para el final, no vale nuevas palabras, cuando no las hay estás ya no sirven, si uno ya no quiere, por mucho que quieras no cambiará nada. 
Las lágrimas son inevitables cuando no has sido tú quien ha dejado que la relación se haya enfriado, que más que has buscado, no fue suficiente, entonces comprendes que tienes que pasar página y no mirar atrás.
Cuando no puedes para de pensar en el pasado, haces daño a todo tu presente y destrozas un posible futuro. 
Yo ya no puedo mirar atrás, todo lo que formó parte de mi vida ya no está en ella, y no quiero que forme parte de ella más, si no puedo disfrutarlo ahora, no quiero que interrumpa mi vida de nuevo.
Borrón y cuenta nueva. Este es el final que no quise que llegara pero lo asumo como la gran reina de hielo que he sido durante años y lo seguiré siendo por muchos más.

martes, 28 de mayo de 2013

Confusión

Impredecibles son las circunstancias y las situaciones; hay una persona de la que no te habías percatado antes, esa a la que ves casi todos los días, con la que hubo una chispa que omitiste o quisiste pasar porque estaba tu amado. 
Estáis en otro ambiente que no es el habitual, alcohol de por medio,desinhibiciones, y te das cuenta que sonríes y mucho, esa persona hace cualquier cosa para poder tocarte o llamar tu atención. Te dice cosas que solo las oyes tú, sabiendo que las recordaras, y sonríes de nuevo. 
Al día siguiente, evitas hablar de esa persona con todas tus fuerzas pero no lo evitas y te sale una sonrisa al mencionarlo, y sigues luchando con las ganas de seguir hablando de esa persona, pero sin resultado. 
Al día siguiente, te lo encuentras por el lugar habitual de siempre, haces como si no lo hubieras visto y luego saludas como si nada, y te saluda con la forma que te ha hecho sonreír toda la noche. Eso te hace entender que se acuerda de todo lo que ha hecho y dicho, luego hay unas risas de lo ocurrido, te tocas el pelo por pura manía y esa persona también te lo toca como hizo la noche de antes, no sabes si por fastidiar un poco o porque realmente quería tocarlo él también. 
Al día siguiente, te despides de él con la promesa suya de que irá sólo para verte a ti. 
Y te paras cinco minutos a pensar, no es el prototipo de chico que te haya gustado nunca antes, tú ya tienes a alguien en tu vida que debería de ocupar tu tiempo y pensamientos, pero a pesar de eso, tienes ganas de seguir quedando con todos los compañeros siempre que él vaya a ir, o simplemente deseando que llegue el día en el que sabes que irá. 
Es totalmente confuso e inesperado, deberías haberlo intuido cuando te sentabas a su lado y sentías esos chispazos de los que pasaste, pero ahora cuando las cosas estaban "estables", te das cuenta de que siempre hubo algo oculto que ninguno de los dos dio pie, hasta que estáis fuera del ambiente habitual y él da el primer paso con un simple comentario para chinchar y de ahí, señores, se da el primer paso a la primera risa de la perdición, para ambos.

sábado, 25 de mayo de 2013

Señales del fututo

Si tu madre te dice que no te hagas ilusiones, que la "relación" que tienes no tiene futuro, y luego te diga lo contrario, que tenga esperanzas y luche por lo que quiero, la duda que tengo es que si ella mismas está confusa, ¿cómo pretende que yo no esté confusa?
Realmente, vivo el día día, no miro más allá para no decepcionarme, pero como rasgo típico de mujer de idealizar las cosas, no puedo evitar imaginarme un mañana antes de irme a dormir. 
El ser humano es de lo más extraño, con lo fácil que es todo y cómo nos gusta complicarnos.
Tuve un presentimiento, de aquellos que te proporcionan tranquilidad, de esos que te susurran que todo irá bien, y con ese sentimiento se afloja la soga de la angustia del temor a la pérdida.
Deseo hacer las cosas bien esta vez, no quiero precipitarme y cometer errores que luego no pueda subsanar,  y esta vez será diferente porque lo que hay y siento es totalmente diferente a cualquier otro sentimiento que haya sentido antes, no hay solo deseo físico, es más que eso, y es un sentimiento apaciguador de mis dudas infinitas, uno que no me quita el apetito de la decepción anterior, uno totalmente sano y que no daña a nada ni a nadie, es un sentimiento hermoso que por ahora ha de estar oculto de que terceros quieran desequilibrar todo el castillo contruído.

jueves, 9 de mayo de 2013

Emmm, retracto mis palabras

Cuando dices algo y crees  lo que dices, a la hora de los cambios, tienes que corregir la actitud que has tomado, porque realmente quieres estar con esa persona, daba igual los enfados, rabietas o malas palabras, olvidas todo eso cuando te dice que no quiere romper la relación que tienes con esa persona, que comprendía los motivos que tenias y que lo respetaba, pero aún así no quiere romper la relación.
Qué puedes decir, que no quieres volver, no, que estás deseando volver a verlo, que tu también deseas que  responder a sus mensajes y volver a verse las caras.
Y cuando eso ocurre, cuando pasáis la noche juntos, que te adora y adora cada centímetro de piel rozándola con los labios en un canto delicado que solo nuestros cuerpos entiende, sólo en ese momento, piensas que habrá discusiones y que chocareis, pero que siempre estarán las apasionadas reconciliaciones que tan bien se nos dan, que siempre volveremos a pesar de las dificultades y que por muchas rabietas pasemos, las huellas de los roces que nos hicimos nos llamará para que marquemos de nuevo nuestras pieles y drogarnos con el aroma hasta caer rendidos una y otra vez a los placeres y al éxtasis.

martes, 30 de abril de 2013

Pérdida


Llegó, ese momento temido llegó, el momento en el que ya no quiere verte, cuando todo termina, y vuelve ese dolor, las ganas de estar llorando todo el día, no salir de la cama y pensar en el todo el tiempo. 
Yo sabía que llegaría ese momento, en el que el final está ahí, y que no hay marcha atrás.
Sabes que estás enamorada de esa persona cuando ya no está a tu lado, sientes que esa alegría que te daba no está, el mal humor sigue latente, el apetito lo pierdes y la ilusión desaparece, en ese momento que te das cuenta de todo eso, sabes que es el final. 
Mirar el teléfono de modo impulsivo como si se te fuera la vida en ello, pensar en mil teorías conspiradoras, pero luego piensas en cosas que no te gustan de él, que no estás bien cuando no está a tu lado, y te sientes triste cuando no tienes noticias de él, eso es estar enchochada no enamorada.
Ese sentimiento pasa, es un momento temporal, dura tres días: 
Día 1, lo ves todo negro, solo quieres llorar, no paras de pensar en él y eso te hace llorar más y más.
Día 2, te sientes rara, miras el teléfono -no hay noticias-, te enfadas, las ganas de llorar no están pero te duele el pecho y estás cabizbaja, aún con la resaca traumática, pero sales con tus amigos, estás en casa con tu familia, haces cualquier cosa que te hace olvidar su existencia 5 minutos.
Día 3, el día uno parece que ha pasado siglos antes, sientes ese resquemor pero soportable, tienes ganas de diversión, ya sabéis a qué me refiero, una canita al aire no sienta tan mal, pero ya ves el futuro, un gran paso.
Por lo que si quieres quitarte ese enchochamiento, lo mejor un clavo quita otro y ya sabes, no vuelvas a convertir una relación esporádica en algo continuo.